Columna de opinión: Más mérito en el Estado


  • El gobierno del presidente Piñera ha impulsado avances significativos para mejorar la calidad y transparencia del ingreso a la administración y la gestión del desempeño de nuestros servidores públicos. Para consolidar estos avances, debemos dar pasos adicionales e impulsar a los servicios públicos a implementar en forma descentralizada políticas de gestión de personas que promuevan el mérito, no simplemente como un deber ético, sino como un imperativo para mejorar la calidad de la gestión pública.

Chile ha ido instalando paulatinamente el mérito como un valor fundamental de la gestión pública. Prueba de ello es el sostenido avance del Sistema de Alta Dirección Pública (ADP) que, desde su creación el año 2003, no ha dejado de expandir sus fronteras a más servicios y cargos de responsabilidad directiva. La instalación del mérito como un filtro de ingreso a las más altas posiciones de dirección del Estado ha sido un éxito y no hay vuelta atrás.

Sin embargo, cabe preguntarse ¿qué ocurre con los más de 200 mil empleos del sector público para profesionales, técnicos y administrativos? ¿Podemos hablar de mérito con la misma fuerza que en ADP? A nuestro juicio, aún estamos algunos pasos atrás. Es por ello que el Servicio Civil desde sus orígenes ha promovido procesos de reclutamiento abiertos, claros y transparentes. Pero hoy, nos hemos propuesto avanzar un paso más, canalizando en un solo lugar la oferta de empleo del Estado. Es así, como a través del portal empleospúblicos.cl, que recientemente hemos modernizado para acercarlo a la ciudadanía, más de 65 servicios difunden su oferta laboral. Las cifras del año 2012 son auspiciosas: se publicaron 2 mil  vacantes, el doble que en 2011, mientras que las postulaciones aumentaron en un 50% a igual período, con más de 1 millón 700 mil visitas.

Pero no solo el ingreso a la administración pública es relevante para consolidar el mérito en el Estado; también lo es el rigor por el trabajo bien hecho. Por ello, hemos impulsado una nueva forma de planificar, evaluar y retroalimentar el desempeño de nuestros servidores públicos, que compromete a líderes y directivos a mantener un diálogo permanente con sus equipos, mostrar el sentido del trabajo, identificar ámbitos y planes de mejora.  Esto, que parece un simple relato, ha permitido a varios Servicios optimizar sus recursos y focalizar las oportunidades de desarrollo, movilidad y reconocimiento a aquellos que mejores resultados han demostrado, a partir de su propio esfuerzo, motivación y compromiso.

No obstante estos avances en el ingreso y la gestión del desempeño de los funcionarios públicos, debemos dar pasos adicionales: se requiere de una nueva política de gestión de personas para el Estado, que estimule a los Servicios a impulsar el mérito, no simplemente como un deber ético, sino como un imperativo para mejorar la calidad de la gestión pública.

La ecuación no es siempre lineal, pero estamos convencidos que más mérito en el Estado producirá mayor confianza de los chilenos con las instituciones, mayor productividad del aparato público y finalmente mejores servicios a la ciudadanía. Juzgue usted.